La solicitud para que Gina Haspel testifique ante el juez fue presentada por los abogados de los dos psicólogos que elaboraron el programa de torturas de la CIA.
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Gina Haspel, nombrada por el presidente estadounidense, Donald Trump, como número dos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), podría ser llamada al estrado para declarar sobre el caso de las torturas a presos. La solicitud de su llamamiento fue presentada por los abogados de Bruce Jessen y James Mitchell, los psicólogos contratados por la CIA para crear el programa de tortura.
Las torturas de la CIA
El caso que ha motivado la citación son las supuestas torturas que sufrieron cuatro presos por agentes de la CIA mientras eran interrogados bajo sospecha de tener vínculos con terroristas. Las víctimas son Sulaiman Abdulla Salim, Mohamed Ahmed Ben Soud, Obaid Ullah, y Gul Rahman. Este último murió en un centro clandestino de detención de la agencia.
Las revelaciones de las torturas practicadas por la CIA, no obstante, no resultaron en un enjuiciamiento de las personas involucradas. Mitchell y Jessen, que habían elaborado el programa de torturas para esta entidad estatal, declararon que no eran los responsables del trabajo que desempeñaron en el centro de detención.
En 2015 la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) inició en nombre de Salim, Ben Soud, Ullah y Rahman un proceso legal contra los dos psicólogos. En abril de 2016 un juez federal del estado de Washington, Justin L. Quackenbush, satisfizo la demanda civil presentada por la ACLU.
Además, de la solicitud de llamar a Haspel, los abogados de Jessen y Mitchell han prestado también una solicitud de citación ante el juez para John Rizzo, exasesor legal interino de la agencia, y José Rodríguez, exjefe del Servicio Clandestino Nacional y del Centro Contra el Terrorismo. El juez ya ha aprobado la solicitud. Se espera que Rodríguez y Rizzo aparezcan ante el tribunal este marzo.
La agente 'Gina Doe'
Gina Haspel figura en los documentos de la CIA solo como 'Gina Doe'. Ocupó el cargo de ayudante de José Rodríguez, y en 2005 ordenó la destrucción de unas 100 cintas de vídeo de torturas practicadas por la agencia. Ella también dirigió en Tailandia una de las cárceles secretas creadas tras los atentados del 11-S. En esta cárcel se practicaron torturas, incluida la conocida como 'ahogamiento simulado', durante los interrogatorios de supuestos terroristas de Al Qaeda.
En 2013 fue nombrada jefa del Servicio Clandestino Nacional de la CIA, aunque fue reemplazada a las pocas semanas tras conocerse su implicación en los interrogatorios durante los cuales se practicó el ahogamiento simulado.
Trump y las torturas
Durante su campaña electoral el entonces candidato republicano Donald Trump expresó su deseo de restaurar la práctica de torturas a supuestos terroristas del Estado Islámico. El 25 de enero 'The Washington Post' publicó un proyecto filtrado de la orden ejecutiva de Trump para restaurar el programa de detenciones e interrogatorios de la CIA, prohibido por el anterior presidente, Barack Obama, en 2009.