El periódico kuwaití Al Rai ha escrito en un reciente artículo referido a las relaciones entre Rusia y EEUU después de la elección de Donald Trump que los rusos se encuentran ya decepcionados con las posturas de este último.
“Rusia esperaba ver al presidente de EEUU cambiar de postura frente a Rusia, pero este cambio no tuvo lugar y Trump ha llevado a cabo las mismas políticas anti-rusas que las de su antecesor, Barack Obama.
El último conflicto en este sentido es la afirmación de la Administración Trump de que Rusia debe “devolver” la península de Crimea a Ucrania. La nueva embajadora de EEUU en la ONU ha anunciado también el mantenimiento de las sanciones contra Rusia a menos que los rusos renuncien a Crimea, algo que es totalmente impensable.
Los despliegues de tropas de EEUU en Europa Oriental continúan como estaba previsto en la anterior época de Obama, incluyendo en los Países Bálticos y en Rumanía.
Aparte de todo, la reciente dimisión del asesor de seguridad nacional, Michael Flynn, ha estado también desencadenada por sus conversaciones supuestamente ilegales con el embajador ruso en EEUU volviendo así a poner a Rusia en medio de un escándalo político en EEUU.
El periódico Al Rai estima que “Rusia se alejará más de EEUU para acercarse a Irán”.
Las recientes declaraciones de miembros de la Administración Trump, incluyendo las del propio presidente, han destruido así las esperanzas rusas de una incipiente amistad entre Washington y Moscú. Rusia ha comprendido, pues, que está en el mismo campo que Irán.
Rusia ha dejado bien clara su intención a Trump. Hace pocos días, el presidente de EEUU calificó hipócritamente a Irán de “el más grande estado patrocinador del terrorismo” -en lugar de mencionar a Arabia Saudí o Qatar, que son sus aliados, o incluso los propios EEUU-. La respuesta de Rusia fue rápida y vino a través del ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, que puso el acento en la asociación Rusia/Irán/Hezbolá para luchar contra el terrorismo en Siria. Él destacó el papel fundamental de Irán y Hezbolá en la lucha contra el terrorismo. Esto fue una reacción sin precedentes por parte de Rusia para apoyar a Irán frente a EEUU.
Por parte de Teherán, ha habido también gestos hacia Moscú, como la decisión de permitir a Rusia utilizar el espacio aéreo iraní para llevar a cabo ataques contra los terroristas en Siria. El secretario general del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Ali Shamjani, dio la noticia de que el espacio aéreo iraní estaba libre a fin de apoyar las operaciones del Ejército sirio.
EEUU, bajo presión israelí, intenta crear un frente anti-iraní, del que Israel sería la punta de lanza, y que incluiría previsiblemente a algunos países árabes, pero es difícil imaginar quien podría formar parte de él aparte de Arabia Saudí, Qatar, EAU y Bahrein. Cabe recordar en este sentido que el presidente iraní Hassan Rohani está en la actualidad visitando Kuwait y Omán, donde acordó la expansión de las relaciones entre ambos países. El proyecto de Trump choca también con el proyecto ruso para la creación de un área de seguridad regional común entre Irán y los países árabes del Golfo Pérsico, una propuesta que habría tenido eco si atendemos al contenido de la carta transportada a Irán por medio del ministro de Exteriores de Kuwait durante una reciente visita. Según diversas fuentes, la carta es una iniciativa de los países del Consejo de Cooperación del Golfo para normalizar sus relaciones con Irán.
A esto hay que añadir las amenazas de la nueva administración contra China, lo cual llevará también a fortalecer el eje Moscú-Teherán-Pekín, un bloque formidable al que EEUU nunca podrá ni soñar en doblegar. Esto significa también el fracaso del intento norteamericano-israelí de provocar tensiones en las relaciones entre Irán y Rusia. Estas relaciones, según Shamjani, tienen un carácter estratégico y van mucho más allá del dossier sirio.
Source: Sitio de Al Manar en Español