La última noticia que nos llega desde la tierra de Dostoyevski nos ha colmado de vergüenza, de impotencia y de indignación. Y es que no es para menos...
Nos enterábamos hace muy pocos días de la intención que se andaba barajando en el Parlamento Ruso de bajar las penas por violencia de género. Así, en los primeros días de un nuevo año nos encontramos con la aprobación de una iniciativa que, para mayor colmo, tiene nombre de mujer. La diputada rusa Elena Mizulina, presidenta del Comité sobre Familia, Mujer y Asuntos infantiles, ofreció su increíble granito de arena en contra del crecimiento de la mujer el pasado mes de julio con la convicción de promover esta propuesta de ley para evitar que haya "personas encarceladas durante dos años y etiquetadas como criminales simplemente por dar una torta".
Es vergonzoso que una mujer en el siglo XXI sea capaz de apoyar esta iniciativa e ir con la cabeza bien alta por haber tenido la genial idea. Y más vergonzoso es que no se trate de las incongruencias de una sola persona (aunque sea mujer) con serios problemas empáticos y humanos, sino que esta propuesta haya llegado hasta un Parlamento y haya contado con la aprobación aplastante de toda la cámara, con 368 votos a favor (con una amplia mayoría masculina, pero también con presencia femenina), un voto en contra y una abstención, una aprobación en primera vuelta de la que sería una ley que convierte la violencia de género en un delito civil (deja de ser delito penal), lo que supondría una pena para el agresor de no más de 500 euros de multa, un arresto de 10 o 15 días o hasta 120 horas de trabajo social. De esta manera, los maridos que peguen a sus mujeres solo irán a prisión si lo hacen "más de una vez al año".
Para esta mujer, impulsora también de la normativa que penaliza la "propaganda gay", que un hombre vaya a la cárcel por haber agredido a su mujer durante una discusión es algo que "va contra la familia".
Lo que va contra la familia es agredir, poner una sola mano encima a esa persona con la que compartes (o ya no) tu vida. Lo que va contra la Humanidad es agredir, vejar y retroceder en las leyes, retroceder en lugar de avanzar y luchar contra una violencia que asola al mundo, una tragedia que nos llega desde Rusia y que se suma a otras tragedias que nos van llegando de otras partes del mundo y que nos hacen cuestionarnos para qué intentamos llegar a una igualdad de género si nuestro mismo género nos pisotea en cuanto tiene ocasión.
Ni en la mejor novela del gran Dostoyeski viviríamos tal surrealismo convertido en realidad, y no de la mano precisamente de un artista de la pluma. La Iglesia ortodoxa rusa también se suma a la tragedia apoyándola con argumentos tales como que "el castigo corporal" es disculpable si es "razonable y se hace con amor porque es un derecho esencial dado por Dios a los padres". Suma y sigue. Así nos va.
Hasta donde sabemos, el amor no se demuestra a base de golpes... ¡No a la violencia de ningún tipo! ¡No a la violencia doméstica! ¡No a las leyes retrógradas! ¡No a la estupidez humana!
¡Si estás de acuerdo, y consideras que pegar no puede salir tan barato, comparte este post y danos like!
Fuente: Diario El País
Para esta mujer, impulsora también de la normativa que penaliza la "propaganda gay", que un hombre vaya a la cárcel por haber agredido a su mujer durante una discusión es algo que "va contra la familia".
Lo que va contra la familia es agredir, poner una sola mano encima a esa persona con la que compartes (o ya no) tu vida. Lo que va contra la Humanidad es agredir, vejar y retroceder en las leyes, retroceder en lugar de avanzar y luchar contra una violencia que asola al mundo, una tragedia que nos llega desde Rusia y que se suma a otras tragedias que nos van llegando de otras partes del mundo y que nos hacen cuestionarnos para qué intentamos llegar a una igualdad de género si nuestro mismo género nos pisotea en cuanto tiene ocasión.
Ni en la mejor novela del gran Dostoyeski viviríamos tal surrealismo convertido en realidad, y no de la mano precisamente de un artista de la pluma. La Iglesia ortodoxa rusa también se suma a la tragedia apoyándola con argumentos tales como que "el castigo corporal" es disculpable si es "razonable y se hace con amor porque es un derecho esencial dado por Dios a los padres". Suma y sigue. Así nos va.
Hasta donde sabemos, el amor no se demuestra a base de golpes... ¡No a la violencia de ningún tipo! ¡No a la violencia doméstica! ¡No a las leyes retrógradas! ¡No a la estupidez humana!
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Fuente: Diario El País