Presidente de EE.UU. Donald Trump y primer ministro de Israel Benjamín Netanyahu |
Este miércoles el presidente estadounidense Donald Trump y el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu se dan cita en Washington. Es la segunda vez que ambos líderes se ven tras la victoria electoral del republicano. Después del deterioro experimentado por las relaciones en los últimos años de la Administración Obama, EE.UU. e Israel aspiran a volver a cimentar su especial alianza.
Antes de volar a EE.UU., Netanyahu expresó su intención de construir unas relaciones "equilibradas" con Washington. Desde el otro lado del Atlántico, la Administración Trump ha mandado varias señales para mostrar que el nuevo presidente no está listo para apoyar a Israel en todas las materias, asegura la periodista Nadezhda Alekséeva en un análisis para RT.
"No todas las esperanzas de Israel se harán realidad"
El pasado 3 de febrero la Casa Blanca difundió un comunicado en un tono frío en el que se afirmaba que la construcción de viviendas israelíes en territorio palestino "no fomentará la resolución" del conflicto en la región. "La construcción de los asentamientos judíos en Cisjordania es un tema muy peligroso, creo que EE.UU. hará los máximos esfuerzos para que las autoridades israelíes no planteen ese problema sin razón", según Vladímir Bruter, experto del Instituto Internacional de Estudios Humanitarios y Políticos.
"Es importante que el número de nuevos asentamientos sea mínimo y que las acciones de Tel Aviv no molesten a la opinión pública árabe. Es importante para Washington que no se termine con un conflicto directo", afirma el politólogo. "Todas las esperanzas de Israel no se harán realidad", sintetiza. A juicio del propio Bruter, "Trump tendrá más cuidado en la vida real que con sus promesas electorales".
¿Lucha conjunta contra el Estado Islámico?
No obstante, EE.UU. e Israel podrían estrechar su cooperación si Tel Aviv participara de manera más activa en la lucha contra el terrorismo en la región, cree Alekséeva. Hasta ahora Tel Aviv no se ha enfrentado directamente al Estado Islámico, pero la situación podría cambiar, apunta la propia periodista. El nuevo líder estadounidense dejó claro en numerosas ocasiones que la lucha contra el terrorismo internacional es una de sus prioridades.
"Hay casos conocidos de representantes de grupos radicales islamistas que luchaban contra la República Árabe de Siria, encontraron asilo y recibieron tratamiento médico en Israel; existen pruebas de ello. Pero si Trump habla de la necesidad de luchar contra el EI, Israel, siendo un aliado estratégico de EE.UU., debería unirse", según Boris Dolgov, del Centro de Estudios Árabes e Islámicos del Instituto del Orientalismo de la Academia de Ciencias de Rusia.
El "desdén" de Obama y las promesas de Trump
A finales del segundo mandato de Barack Obama, las relaciones entre Washington y Tel Aviv empeoraron considerablemente, recuerda Alekséeva. Una de las causas fue la postura del entonces presidente Obama sobre los asentamientos israelíes en Cisjordania: los planes de Netanyahu de construir nuevas viviendas en territorio palestino despertaron rechazo en la Administración estadounidense. Por su parte, el primer ministro israelí fue uno de los principales críticos del histórico acuerdo nuclear con Irán e incluso amenazó con suicidarse si el Congreso estadounidense lo aprobaba.
El pasado 23 de diciembre el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la resolución 2334 contra los asentamientos de Israel en territorio palestino. De los 15 países que conforman ese organismo, 14 votaron a favor. Tradicionalmente, EE.UU. bloqueaba este tipo de resoluciones, pero esta vez no ejerció su derecho de veto y se abstuvo, con lo cual permitió que el texto saliera adelante. Por su parte, Israel calificó la decisión de EE.UU. de "vergonzosa" y señaló que no acataría la resolución.
El entonces presidente electo, Donald Trump, acusó a la Administración de Barack Obama de tratar a Israel con "desdén". "No podemos seguir dejando que Israel sea tratado con tanto desdén y falta de respeto", escribió Trump en su cuenta de Twitter. El actual inquilino de la Casa Blanca agregó que Israel "solía tener un gran amigo en EE. UU., pero ya no". Trump pidió a Tel Aviv que "se mantuviera fuerte" hasta su investidura como presidente el pasado enero.