Este martes, el secretario de Prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, ha declarado que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, espera que "el Gobierno ruso reduzca la intensidad de la violencia en Ucrania y devuelva Crimea" a ese país.
A pesar de esta petición, Spicer ha indicado que el mandatario estadounidense "posee toda la esperanza y la disposición para mantener buenas relaciones con Rusia".
Este portavoz oficial norteamericano también ha detallado que Trump "entiende que las buenas relaciones con Rusia pueden ayudar a luchar" contra los yihadistas del Estado Islámico y el terrorismo mundial y ha recordado que la Administración Obama no consiguió construir relaciones apropiadas con Moscú para defender algunos intereses de EE.UU.
Así, el vocero estadounidense ha remarcado que el inquilino de la Casa Blanca "entiende que tener relaciones saludables con Rusia" redundará en beneficio de su país.
Por su parte, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha recordado en varias ocasiones que hay que respetar la decisión de los residentes de Crimea, que en 2014 votaron en referéndum volver a integrarse en Rusia. Al respecto, el líder ruso ha destacado que más del 90 % de la población de esa península acudió a las urnas y, dentro de ese porcentaje, "más del 90 %" se pronunció "a favor de la reunificación", con lo cual "hay que respetar la decisión popular y no ajustar el derecho internacional y los principios democráticos a los intereses geopolíticos".
"Cuestión de confianza"
En cuanto a la dimisión del exasesor de Seguridad Nacional de EE.UU., Michael Flynn, Sean Spicer ha explicado que se debió al deterioro del "nivel de confianza" de Donald Trump, quien "tuvo que implementar un cambio". Según esta versión, el presidente estadounidense se mostró preocupado por el hecho de que el general retirado engañara al vicepresidente del país, Mike Pence, con lo cual solicitó su renuncia.
El 13 de febrero la Casa Blanca confirmó la renuncia de Flynn, quien había sido nombrado asesor de Seguridad Nacional el pasado 20 de enero por Trump. La decisión obedece a los informes de la Oficina Federal de Investigación de EE.UU. (FBI) tras hacer públicas en enero las conversaciones telefónicas entre él y el embajador de Rusia en EE.UU., Serguéi Kislyak.
Según estas, ambos funcionarios discutieron temas relacionados con el paquete de sanciones a Rusia impuestos por Barack Obama en diciembre. En este contexto, se presume que Flynn habría señalado la posibilidad de levantar las sanciones con la llegada de la nueva administración a la Casa Blanca.