Washington, 24 mar (PL) La Cámara de Representantes deberá concretar hoy la aplazada votación del proyecto de ley sanitaria después que anoche el presidente Donald Trump amenazara a los republicanos con dejar en pie el Obamacare.
El mandatario trató ayer de llegar a un acuerdo con los congresistas más conservadores de su partido, los cuales han criticado el plan legislativo por considerarlo una versión ligera de la Ley de Cuidado de Salud Asequible promulgada hace siete años por el gobierno de Barack Obama.
Trump aceptó las demandas de desmantelar un conjunto de beneficios esenciales incluidos en la normativa vigente, entre ellos la cobertura a los servicios de emergencia, ambulancias, cuidado de maternidad y atención médica preventiva.
El jefe de Estado también accedió a derogar todos los aumentos de impuestos que la legislación actual tiene fijados para este año y las restricciones adicionales a los pagos del programa Medicaid, destinado a personas de bajos recursos.
Sin embargo, el Freedom caucus, uno de los grupos más conservadores del Congreso, anunció que un encuentro con el presidente en la Casa Blanca terminó sin acuerdo claro y varios de sus miembros dijeron que querían más concesiones antes de respaldar la iniciativa.
Ello provocó que el liderazgo republicano optara por retrasar la votación prevista para ayer, ante la falta de los 215 votos necesarios para dar luz verde a la normativa que busca reemplazar el Obamacare.
De acuerdo con el portal The Hill, especializado en temas legislativos, Trump envió anoche a la Cámara a su director de presupuesto, Mick Mulvaney, para dar un ultimátum a los miembros del partido rojo.
Si el voto falla el viernes, advirtió el enviado, el presidente pasará a otras prioridades como la reforma tributaria y el Obamacare permanecerá como ley.
El congresista por Nueva York Chris Collins confirmó luego a la prensa el mensaje de la administración.
No hay más negociaciones, tenemos que votar mañana, y él espera que se apruebe, pero si no pasara, seguirá adelante con otras cosas, manifestó en alusión al jefe de Estado.
Según la cadena CNN, 26 republicanos han declarado que se opondrán a la iniciativa y otros cuatro también consideran la posibilidad de rechazarla.
Esas cifras son malas noticias para la fuerza política mayoritaria en las dos cámaras del Congreso, pues no puede permitirse más de 21 defecciones si se tiene en cuenta que los demócratas seguramente se pronunciarán en bloque contra la propuesta.
Pero incluso si saltara la primera barrera de la Cámara, medios y analistas estiman que con las modificaciones realizadas al proyecto se corre el riesgo de bloqueo en el Senado, o de que la mayoría republicana sea castigada en las elecciones de medio término.
De hecho, una encuesta publicada este jueves por la Universidad de Quinnipiac, en el estado de Connecticut, arrojó que 56 por ciento de los votantes desaprueba el plan de asistencia médica del partido rojo, mientras que solo 17 por ciento lo apoya.
arc/mar
Trump aceptó las demandas de desmantelar un conjunto de beneficios esenciales incluidos en la normativa vigente, entre ellos la cobertura a los servicios de emergencia, ambulancias, cuidado de maternidad y atención médica preventiva.
El jefe de Estado también accedió a derogar todos los aumentos de impuestos que la legislación actual tiene fijados para este año y las restricciones adicionales a los pagos del programa Medicaid, destinado a personas de bajos recursos.
Sin embargo, el Freedom caucus, uno de los grupos más conservadores del Congreso, anunció que un encuentro con el presidente en la Casa Blanca terminó sin acuerdo claro y varios de sus miembros dijeron que querían más concesiones antes de respaldar la iniciativa.
Ello provocó que el liderazgo republicano optara por retrasar la votación prevista para ayer, ante la falta de los 215 votos necesarios para dar luz verde a la normativa que busca reemplazar el Obamacare.
De acuerdo con el portal The Hill, especializado en temas legislativos, Trump envió anoche a la Cámara a su director de presupuesto, Mick Mulvaney, para dar un ultimátum a los miembros del partido rojo.
Si el voto falla el viernes, advirtió el enviado, el presidente pasará a otras prioridades como la reforma tributaria y el Obamacare permanecerá como ley.
El congresista por Nueva York Chris Collins confirmó luego a la prensa el mensaje de la administración.
No hay más negociaciones, tenemos que votar mañana, y él espera que se apruebe, pero si no pasara, seguirá adelante con otras cosas, manifestó en alusión al jefe de Estado.
Según la cadena CNN, 26 republicanos han declarado que se opondrán a la iniciativa y otros cuatro también consideran la posibilidad de rechazarla.
Esas cifras son malas noticias para la fuerza política mayoritaria en las dos cámaras del Congreso, pues no puede permitirse más de 21 defecciones si se tiene en cuenta que los demócratas seguramente se pronunciarán en bloque contra la propuesta.
Pero incluso si saltara la primera barrera de la Cámara, medios y analistas estiman que con las modificaciones realizadas al proyecto se corre el riesgo de bloqueo en el Senado, o de que la mayoría republicana sea castigada en las elecciones de medio término.
De hecho, una encuesta publicada este jueves por la Universidad de Quinnipiac, en el estado de Connecticut, arrojó que 56 por ciento de los votantes desaprueba el plan de asistencia médica del partido rojo, mientras que solo 17 por ciento lo apoya.
arc/mar
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