Washington, 26 sep (PL) Los republicanos del Senado estadounidense desistieron hoy de someter a votación su más reciente proyecto de ley de salud, lo que pone fin por el momento a los intentos por derogar y reemplazar el Obamacare.
La decisión fue tomada este martes durante un almuerzo de la formación roja, luego de que fuera evidente que la propuesta estaba destinada al fracaso, porque tres miembros de esa fuerza política anunciaron su oposición a la medida.
Este desenlace representa una muy mala noticia para el presidente Donald Trump, quien hizo de la eliminación del Obamacare una de sus principales promesas de campaña y ya enfrentó en julio pasado la derrota de iniciativas anteriores.
No tenemos los votos, por lo que probablemente es mejor que no hagamos la votación, manifestó el senador Steve Daines (Montana), quien calificó lo sucedido como la derrota en una batalla, 'pero vamos a ganar la guerra'.
Su correligionario Ted Cruz (Texas) también reconoció que su partido no tiene el apoyo mínimo de 50 legisladores que necesitan para avalar el proyecto patrocinado por Bill Cassidy (Luisiana) y Lindsey Graham (Carolina del Sur).
Miembros de esa bancada dijeron que seguirán trabajando en una reforma al sistema de salud, aunque seguramente no tendrán otra versión antes del 30 de septiembre, cuando termina una exención legislativa que les permitiría dar luz verde a la ley con mayoría simple, sin necesidad de votos demócratas.
La propuesta de Cassidy y Graham pretendía derogar partes clave de la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible, promulgada en marzo de 2010 por el entonces presidente, Barack Obama (2009-2017).
Con ella se habría eliminado el mandato individual por el cual los ciudadanos son multados si no obtienen seguro, así como los subsidios a las aseguradoras y los fondos para la expansión del programa Medicaid, que beneficia a millones de personas de bajos recursos.
La iniciativa quería mantener gran parte de la estructura tributaria actual, pero daría el dinero a los estados en forma de subvenciones en bloque para diseñar sus propios sistemas de atención médica.
Así, abriría la posibilidad de dejar la gestión de los seguros médicos y sus subsidios en manos de los territorios, en nombre de la libertad de gobierno defendida por los conservadores.
El futuro de esta legislación quedó truncado anoche cuando Susan Collins (Maine) dio a conocer su negativa a apoyar el esbozo, algo que ya habían hecho antes Rand Paul (Kentucky) y John McCain (Arizona).
La legisladora instó este martes a sus colegas a reanudar las negociaciones bipartidistas. 'Creo que la mejor ruta es reanudar las audiencias que estábamos haciendo antes de que Graham-Cassidy nos desviara', declaró a la prensa.
jcm/mar
Este desenlace representa una muy mala noticia para el presidente Donald Trump, quien hizo de la eliminación del Obamacare una de sus principales promesas de campaña y ya enfrentó en julio pasado la derrota de iniciativas anteriores.
No tenemos los votos, por lo que probablemente es mejor que no hagamos la votación, manifestó el senador Steve Daines (Montana), quien calificó lo sucedido como la derrota en una batalla, 'pero vamos a ganar la guerra'.
Su correligionario Ted Cruz (Texas) también reconoció que su partido no tiene el apoyo mínimo de 50 legisladores que necesitan para avalar el proyecto patrocinado por Bill Cassidy (Luisiana) y Lindsey Graham (Carolina del Sur).
Miembros de esa bancada dijeron que seguirán trabajando en una reforma al sistema de salud, aunque seguramente no tendrán otra versión antes del 30 de septiembre, cuando termina una exención legislativa que les permitiría dar luz verde a la ley con mayoría simple, sin necesidad de votos demócratas.
La propuesta de Cassidy y Graham pretendía derogar partes clave de la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible, promulgada en marzo de 2010 por el entonces presidente, Barack Obama (2009-2017).
Con ella se habría eliminado el mandato individual por el cual los ciudadanos son multados si no obtienen seguro, así como los subsidios a las aseguradoras y los fondos para la expansión del programa Medicaid, que beneficia a millones de personas de bajos recursos.
La iniciativa quería mantener gran parte de la estructura tributaria actual, pero daría el dinero a los estados en forma de subvenciones en bloque para diseñar sus propios sistemas de atención médica.
Así, abriría la posibilidad de dejar la gestión de los seguros médicos y sus subsidios en manos de los territorios, en nombre de la libertad de gobierno defendida por los conservadores.
El futuro de esta legislación quedó truncado anoche cuando Susan Collins (Maine) dio a conocer su negativa a apoyar el esbozo, algo que ya habían hecho antes Rand Paul (Kentucky) y John McCain (Arizona).
La legisladora instó este martes a sus colegas a reanudar las negociaciones bipartidistas. 'Creo que la mejor ruta es reanudar las audiencias que estábamos haciendo antes de que Graham-Cassidy nos desviara', declaró a la prensa.
jcm/mar
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(Tomado de Prensa Latina)
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