Los líderes de AfD (de izq. a der.): Alexander Gauland, Alice Weidel y Frauke Petry. REUTERS |
"No queremos entregar a Alemania a una invasión de extranjeros de cultura diferente. Así de sencillo".
Con estas palabras recibió el líder del partido de derecha Alternativa para Alemania (AfD), Alexander Gauland, el histórico resultado en las elecciones generales de Alemania.
Por primera vez un partido populista y nacionalista logra escaños en el Parlamento Federal desde la Segunda Guerra Mundial y se convierte en la tercera fuerza política del país, un resultado mejor al que esperaba.
Angela Merkel fue reelecta para un cuarto período como canciller, aunque su partido Unión Demócrata Cristiana (CDU) obtuvo el porcentaje de la votación más bajo en décadas.
Mientras la canciller inicia el complicado proceso de conformar un gobierno de coalición con otros partidos menores, ya tiene asegurada la férrea oposición de AfD, con sus más de 90 escaños garantizados por haber conseguido el 12,6% de los votos.
A una hora de conocer el resultado, Alexander Gauland ya había advertido: "Iremos a la caza del gobierno, señora Merkel, y retomaremos nuestro país y nuestro pueblo".
Pero, ¿cómo surgió este joven partido y cuánta injerencia podrá tener en la dirección política de Alemania?
Alternativa para Alemania, Alternative für Deutschland (AfD), fue fundado en 2013 como un partido antieuropeo que luego concentró su agenda en combatir la inmigración y el islam.
Su causa fue impulsada por el fuerte rechazo a la decisión de Merkel de darle la bienvenida a casi 900.000 inmigrantes y refugiados en 2015.
La postura de línea dura le permitió a AfD alcanzar escaños en 13 de los 16 parlamentos regionales alemanes en los últimos años.
Sin embargo, los resultados en las elecciones nacionales del 24 de septiembre fueron mejores de lo esperado.
Con mensajes de campaña que incluyeron eslóganes como "Alto a la islamización. Vota AfD" e imágenes de mujeres en bikini con el mensaje "¿Burkas? Preferimos bikinis", lograron consolidar 12,6% del voto.
Beatrix van Storch, una de las líderes del partido, dijo a la BBC que AfD iniciaría debates parlamentarios sobre inmigración, islam y los vínculos con la Unión Europea.
Momento coyuntural
Con su reelección para un cuarto periodo, Angela Merkel continuará sosteniendo las riendas de Alemania.
Pero tras el peor resultado de su partido, la Unión Democrática Cristiana (CDU), en décadas, es una canciller debilitada en un escenario político cambiante.
Por primera vez desde los años 50, habrá seis partidos representados en el Parlamento alemán, con los dos principales partidos -el CDU y los Social Demócratas (SPD)- en su punto histórico más bajo.
Los verdaderos ganadores de estas elecciones han sido por tanto el Partido Liberal (FDP), que seguramente entrará a formar parte del gobierno de coalición, y AfD que con sus más de 90 escaños le harán la vida difícil a ese gobierno.
AfD buscará restablecer los controles fronterizos permanentes en Alemania,ya que cree que las líneas divisorias externas de la Unión Europea deben estar "completamente selladas".
Para eso ha argüido que Alemania necesita instituir una nueva policía fronteriza que, "de ser necesario" le disparase a los inmigrantes que trataran de entrar en el territorio de forma ilegal, según lo expresó Frauke Petry, una de sus líderes que ahora ocupará su escaño como independiente.
La medida contradice el acuerdo Schengen, que permite el libre movimiento entre la mayoría de los países de al UE, con mínimos controles en las fronteras.
El partido nacionalista también quiere establecer reglas más estrictas para los que piden asilo y sólo aprobar aquellos que proceden de países denominados "seguros".
En su manifiesto de mayo 2016, AfD adoptó una política estrictamente antiislámica al declarar que esa religión "no pertenece en Alemania".
Así, adelantó que propondrá prohibir toda financiación extranjera de mezquitas en Alemania, vetar el burka (velo completo) y los llamados públicos a las oraciones musulmanas.
En cuanto a los lazos con la Unión Europea, AfD aboga por una salida de la zona del euro y un retorno al marco alemán, la antigua moneda del país.
Igualmente alega que los estados miembros deben reclamar mayores poderes en oposición a las medidas de "centralización " de la UE y que si el bloque no adopta reformas, buscará la salida de Alemania de esa unión.
Apoyo
El mayor apoyo al AfD provino del este del país, la antigua Alemania comunista, curiosamente la región con menos extranjeros.
Es un resultado que refleja una clara división entre el este y el oeste. En Alemania oriental, es el segundo partido y en el estado oriental de Sajonia están a la par del CDU.
Demográficamente, es el partido más popular entre los hombres que viven en el este.
Desde el punto de vista de las generaciones, el voto entre los de 35 a 44 años también los favoreció en contraste con los mayores de 70, los que vivieron la guerra.
Una encuesta del electorado que votó por AfD arrojó fascinantes revelaciones:
- 99% sintió que el partido tenía un mejor entendimiento de por qué el pueblo no se siente seguro.
- 99% estuvo de acuerdo con la política de reducir el influjo del islam en Alemania.
- 96% respaldó el plan para restringir severamente la entrada de inmigrantes y refugiados.
- 85% sitió que AfD era el único partido con el que podían registrar su protesta.
¿Qué tan de derecha?
Sus posturas antiinmigrante y antiislámica, así como las declaraciones que sus representantes han hecho al respecto, han sido tachadas de extremistas.
Inclusive entre los propios votantes de AfD, el 55% consideró que el partido no se ha distanciado lo suficiente de las posturas de extrema derecha, según una encuesta.
El codirector Alexander Gauland fue criticado por declarar que los alemanes deberían estar "orgullosos" de sus soldados en ambas guerras mundiales.
Con anterioridad, Björn Höcke, otro alto miembro del partido, causó conmoción al criticar el monumento del Holocausto en Berlín.
Previo a la jornada electoral, la ministra de Relaciones Exteriores, Sigmar Gabriel, adviritó del peligro de tener "nazis de verdad en el Parlamento (por primera vez) desde el final de la Segunda Guerra Mundial".
El Consejo Central de Judíos de Alemania añadió que sus "peores temores se han vuelto realidad".
Realidad parlamentaria
A pesar del auge de AfD, la derecha no va a tener vía libre para llevar adelante su agenda.
Si bien es cierto que Angela Merkel salió diezmada de estas elecciones, la veterana canciller ha probado su habilidad y estabilidad durante sus períodos afortunados como los más difíciles.
En una rueda de prensa, después del resultado, Merkel enfatizó que tenía un mandato y que su intención es cumplir completamente su nuevo período de cuatro años.
Aseguró que entraría en conversaciones con el Partido Liberal FDP y los Verdes, así como los Social Demócratas (SDP). con la intención de "asegurar que haya un gobierno estable".
Añadió que, contrario a lo que se cree, no está ignorando el tema de inmigración ni el problema de integración de las comunidades musulmanas en la sociedad alemana.
Pero recalcó que sus prioridades serían políticas sostenibles de presupuesto y seguridad interna.
AfD, por su parte, ya está mostrando señales de resquebrajamiento.
Horas después de su logro electoral, la codirectora, Frauke Petry, anunció que rompería filas con la bancada y ocuparía su escaño como independiente.
Otros miembros del partido reaccionaron con sorpresa, aunque Alexander Goland aseguró que su salida no dañaría el partido.
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