El huracán Irma golpeó severamente la costa norte de Cuba,
provocando enormes daños en la infraestructura vial, eléctrica y portuaria, así como a la agricultura. El
número de víctimas fue mínimo, gracias a la oportuna y eficiente evacuación de
un millón de personas, la mayoría de las cuales recibió refugio en casas
particulares, expresión conmovedora de los altos niveles de fraternidad
alcanzados por una sociedad donde no se incentiva el consumismo ni el
individualismo.
Los medios de
comunicación chilenos compitieron en enviar corresponsales a cubrir el paso del
huracán por Miami. Lo esperaron antes de su llegada, lo cubrieron durante horas
y lo acompañaron en su recorrido por la península de Florida. En cambio, la
información respecto a los daños originados en Cuba fue mínima o simplemente
inexistente.
No escuché ninguna
declaración oficial del gobierno expresando su solidaridad con el pueblo y el
gobierno de Cuba. Ignoro si se ha enviado alguna ayuda oficial a un país hermano golpeado por un
desastre tan devastador, todo lo cual francamente me avergüenza.
Vamos a refrescar la
memoria a quienes pueden haber olvidado la magnitud de la ayuda que Cuba nos envió
con motivo del terremoto ocurrido en Chile el 27 de Febrero de 2010.
Como es sabido, el
sismo dejó graves daños en nuestras instalaciones hospitalarias. El presidente Piñera solicitó urgente
ayuda al extranjero y varios países respondieron enviando hospitales de
campaña: Brasil, España, Perú y Argentina, los cuales permanecieron prestando servicios entre uno a
dos meses.
Cuba envió dos
hospitales de campaña, que se instalaron en Rancagua y en Chillán. Fueron los
primeros en arribar: el 2 de Marzo, es decir una semana después de ocurrida la
catástrofe y como podíamos suponerlo, fueron los últimos en irse: a fines de
Noviembre, por lo cual extendieron su ayuda por casi nueve meses.
Al despedir a la
brigada rumbo a Chile, el presidente Fidel Castro - que aún estaba vivo-
manifestó:
"Nuestra
Patria se solidariza plenamente y apoya moralmente el esfuerzo material que la
comunidad internacional está en el deber de ofrecerle a Chile. Si algo
estuviera en nuestras manos, desde el punto de vista humano, por el hermano
pueblo chileno, el pueblo de Cuba no vacilaría en hacerlo". Añadió
que "de no ser por la
experiencia chilena frente a los terremotos, sus construcciones más sólidas y
sus mayores recursos, el fenómeno natural habría costado la vida a decenas de
miles o tal vez cientos de miles de personas”
Las brigadas médicas cubanas incluyeron 75 especialistas médicos que realizaron más de 134 mil exámenes, sobre
100 mil procedimientos de enfermería y unas 3 mil intervenciones quirúrgicas,
beneficiando a 79.137 pacientes.
Su permanencia tan
prolongada en Chile fue originada por el enorme aprecio que despertaron los
médicos cubanos entre los habitantes de
Rancagua y Chillán, tanto por la eficiencia de sus servicios profesionales,
como por el trato cariñoso con sus pacientes.
Muchas personas
que permanecían por años en listas de espera de cirugía, vieron resueltas
rápidamente sus urgencias. La relación con el personal de enfermería o de
servicio fue igualmente apreciada.
Al
despedir a los médicos cubanos, el
Director del Hospital Clínico de Chillán Dr. Rodrigo Avendaño, destacó así, el aporte de la brigada en momentos
particularmente complejos:
“Despedimos a
la Brigada Henry Reeve de Cuba, con mucho afecto, porque su colaboración fue
fundamental. Primero en la importante labor asistencial realizada en los días
posteriores al terremoto y luego, con su ayuda en la resolución de listas de
espera de especialidades, realizando más de mil intervenciones quirúrgicas a
usuarios y usuarias de Ñuble. Durante ocho meses interactuamos con un equipo de
excepción, que nos permitió conocer más de su cultura y compartir conocimientos, en un ambiente de camaradería y de
solidaridad que por medio de estos representantes, demostró el Gobierno Cubano
con nuestro país y en especial con Chillán”
Más aún, como consecuencia del aluvión ocurrido el 2015 en la
Región de Atacama, la Brigada Médica Cubana retornó al país a prestar sus
servicios con 15 profesionales de la salud, realizando atenciones en las
comunidades de El Salado, Diego de Almagro y Alto del Carmen, beneficiando a
casi 6 mil pacientes.
Una nueva
tragedia golpeó ayer a otro pueblo hermano. Un terremoto en Ciudad de México. Esta vez,
Michelle Bachelet envió un mensaje de solidaridad aprovechando su intervención
en la Asamblea de las Naciones Unidas. También se conoció que una brigada de nuestros
Topos, partió rumbo a México a colaborar en la urgente tarea de rescatar a las víctimas
que aún pueden permanecer con vida aplastadas por los escombros.
Está muy bien. Así
debe ser. El gobierno y el pueblo mexicano han sido tradicionalmente solidarios
con nuestras catástrofes como lo atestiguan las bellas obras donadas con motivo
de los terremotos de 1939 en Chillán y
el de 1960 en Valdivia.
Pero con Cuba
estamos hoy día en una gran e injustificada deuda. Me resulta inadmisible
suponer que mezquinos prejuicios políticos pueden haber influido para una
conducta tan reprochable de nuestro gobierno.
Confiamos. Más vale tarde que nunca.
Miguel Lawner
20.09.2017