The New York Times | EUROPA >> La extrema derecha llega al parlamento alemán para alterar la agenda política europea | Por STEVEN ERLANGER 27 de septiembre de 2017

La fragmentación política reflejada en el reciente proceso electoral de Alemania representa un reto para la canciller Angela Merkel. CreditGregor Fischer/DPA, vía Associated Press

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BERLÍN — Se suponía que la reelección de Angela Merkel como canciller de Alemania sería la cereza del pastel para celebrar un año en el que a Europa le fue mejor de lo previsto al momento de contener la ola populista, en especial después de que el nuevo presidente de Francia, Emmanuel Macron, venciera contundentemente al Frente Nacional de Marine Le Pen.
En cambio, los resultados de las elecciones del domingo demostraron que el distanciamiento de la política de consenso dominante está lejos de haber desaparecido. El apoyo a los partidos centristas, entre ellos el Partido de la Unión Demócrata Cristiana de Merkel, se erosionó de forma importante, debido a que un 12,6 por ciento de los alemanes votó por Alternativa para Alemania, un partido de extrema derecha.
Aunque este año se logró contener a la extrema derecha, esa tendencia política rompió barreras importantes en el corazón de Europa al llegar a la ronda final de las elecciones presidenciales en Francia y echar por tierra un tabú posterior a la Segunda Guerra Mundial con su ingreso al parlamento alemán.
Si los partidos populistas vivieron un apogeo en 2016, en el punto máximo de la crisis migratoria, “su desempeño electoral de 2017 está cerca de sus resultados históricos más altos, o incluso los exceden”, comentó Cas Mudde, politólogo neerlandés en la Universidad de Georgia, en referencia al Partido por la Libertad en los Países Bajos, el Frente Nacional en Francia y ahora el partido Alternativa para Alemania (que todos conocen por sus siglas en alemán, AFD). Las encuestas indican que este partido también regresará a Austria, donde parece listo para participar en el gobierno de coalición tras las elecciones del mes próximo.Estos movimientos han recobrado un lugar poderoso en el que pueden alterar la agenda de la política europea. Las victorias de la extrema derecha en Alemania no solo complicarán los cálculos de Merkel, líder de facto de la Unión Europea, sino que también obstaculizarán el futuro de todo el bloque.
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Angela Merkel y Emmanuel Macron en Francia, en mayo CreditMichele Tantussi/Getty Images
Oliver Rakau, economista de la Universidad de Oxford, dijo que la mayor integración de las finanzas europeas que busca Macron —y a la que tan ferozmente se opusieron los demócratas liberales— ahora será más difícil.
“Es poco probable que haya un gran presupuesto para la eurozona”, dijo. “Me parece que todavía habrá avances en la reforma europea”, incluyendo temas de seguridad. “Pero la integración fiscal que Macron quiere se ve mucho más difícil”.
Merkel ya apoyó parcialmente la propuesta de Macron de que haya un ministro de finanzas para la eurozona. Sin embargo, franceses y alemanes difieren al momento de definir las responsabilidades que debería tener el ministro.
Los alemanes quieren a un capataz que haga cumplir las reglas y mantenga los déficits presupuestarios nacionales dentro de los límites de deuda requeridos por la eurozona. Los franceses buscan a un ministro con flexibilidad que controle un presupuesto financiado por los estados miembro… pero es muy probable que los nuevos participantes de la coalición de Merkel, los políticos del Partido Liberal Demócrata (FDP, por sus siglas en alemán), se opongan a esa propuesta.
El líder del FDP, Christian Lindner fue claro la noche del domingo, al repetir que se opone a las ideas de Macron. Sin descartar del todo la reforma dijo que el presupuesto de la eurozona, que podría usarse para enviar dinero a Francia y a Italia, “sería impensable y un límite claro para nosotros”.
Lindner declaró a los periodistas antes de la elección que impulsaría la propuesta de un ministro de finanzas en la coalición. De tener éxito, cambiaría muy poco la opinión de Wolfgang Schäuble, quien ha sido ministro de finanzas de Merkel. “¿Lindner será más firme que Schäuble?”, se preguntó Hans Kundnani del Fondo Marshall de Alemania. “Es poco probable”.
A fin de cuentas, puede que Merkel tenga más problemas para lograr la coalición con su partido hermano, la Unión Social Cristiana de Baviera, que es en extremo conservador y perdió cerca de un diez por ciento de sus votos en 2013, que en su mayoría fueron captados por el AFD.
Dado que habrá elecciones regionales el año próximo, el partido Unión Social Cristiana y su líder Horst Seehofer tratarán de que Merkel se incline más hacia la derecha en temas migratorios y de seguridad.
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