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| Trump reunidos con los CEO de Ford, General Motors y Fiat Chrysler. Foto: Casa Blanca
El pasado 24 de enero, Trump se reunió con los jerarcas de los gigantes del automóvil: Ford, General Motors y Fiat Chrysler, tras las varias amenazas que les lanzó por Twitter si no retornaban sus fábricas a territorio de EE.UU.
El magnate presidente reafirmó a sus invitados que no se había ensañado con el sector a pesar de sus constantes críticas y les prometió “un proceso más sencillo para las compañías de automóviles y todo el que quiera hacer negocios en Estados Unidos. Creo que van a ver qué pasará de inhóspito a muy hospitalario”
Para lograr la vuelta de las factorías, Trump prometió reducir los impuestos de forma sustancial y eliminar regulaciones innecesarias, entre estas de manera particular, algunos de los requisitos medioambientales impuestos en los últimos años. “El ambientalismo está fuera de control”, dicen que expresó.
“Estoy trayendo de vuelta a Estados Unidos a lo grande el sector manufacturero”, se regocijó el presidente ante los empresarios. ¿A qué costo?
Oleoductos Avante
La construcción del Dakota Access fue detenida por la administración Obama debido a las protestas de los grupos indígenas. Foto: Reuters
En sus rápidos plumazos de los primeros días para anular decisiones tomadas por Obama, Trump revivió esta semana la construcción de dos oleoductos que habían sido detenidos por su antecesor en pro de la lucha contra el cambio climático.
Uno es el extenso oleoducto Keystone XL, que llevará crudo desde Alberta, Canadá, hasta Nebraska en EE.UU; el otro el Dakota Access, atraviesa tierras indígenas en Dakota del Norte.
“Vamos a construir nuestro propio oleoducto, nuestros propios caños, como en los buenos tiempos”, dijo el flamante mandatario como añorando los tiempos de la gran industria estadounidense. En su versión, no puede haber reparos ambientales para proyectos que representan “muchos empleos. Serán 28 mil puestos de trabajo. Excelentes puestos de trabajo de construcción”.
La decisión tomada apenas en el cuarto día al mando, es una concesión e impulso a las petroleras estadounidenses, que reclaman por la limitada capacidad de oleoductos para llevar el crudo al mercado.
Poco importa al Sr. Trump las protestas de ecologistas, indígenas y líderes políticos. Para el excandidato presidencial y senador demócrata Bernie Sanders:”… el presidente Trump ignoró las voces de millones de estadounidenses y dio prioridad a las ganancias de corto plazo de la industria de las energías fósiles”.
No Data
Para evitar referencias y borrar huellas, la administración Trump ha desaparecido de la web de la Agencia de Protección de Medio Ambiente y del sitio de la Casa Blanca toda la información sobre las emisiones de dióxido de carbón en Estados Unidos.
El director del programa de clima y aire limpio del no gubernamental Consejo de Defensa de los Recursos Naturales denunció que tal hecho viola la ley, pues en el 2008 el Congreso aprobó una legislación que obliga a hacer público los registros de las emisiones de carbón planta por planta.
Según el diario The Independent, también la administración les ha prohibido a sus funcionarios hablar sobre cambio climático e incluso les ha vetado el uso de Twitter a algunos miembros del staff.
“Donald Trump lleva apenas cuatro días en el cargo y ya ha demostrado ser una peligrosa amenaza para nuestro clima, tal como temíamos que sería”, señaló el pasado martes Michael Brune, director del Sierra Club, una de las organizaciones de defensa del medio ambiente más antigua de Estados Unidos. En apenas una semana, Trump ha mostrado su disposición a privilegiar la industria estadounidense antes que el ambiente de todos. Científicos, ambientalistas, indígenas, algunos políticos, alertan y dan la cara ante el peligro. Y no es poco lo que al parecer viene. ¿Sobrevivirán los acuerdos de París con el mayor contaminador nuevamente desbocado?
Fuentes: EFE, Página 12, Cubadebate, Reuters, BBC, The Independent, The Hill.
Publicado en: El Imperio al dia
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