The New York Times | Galería: Un impulso a la nueva fotografía en América Latina y África | Por DAVID GONZALEZ 9 febrero 2017




Emilia Lloret/Native Agency


Para algunas personas, la idea de una fotografía “seria” evoca escenas conmovedoras de sufrimiento, violencia y pobreza. Puede que sea así en algunas partes de América Latina y África, donde periodistas extranjeros han hecho carrera al ir en busca de drama. Aunque sin duda hay temas urgentes en estas regiones, también hay escenas de la vida cotidiana o situaciones menos dramáticas que pasan inadvertidas y sesgan la forma en que las audiencias mundiales observan ciertos lugares y personas.
La estética ganadora de premios puede trascender hasta los fotógrafos locales, quienes imitan lo que creen que podría hacerse notar, comentó Laura Beltrán Villamizar, editora de fotografía y curadora de origen colombiano. “La mayoría de los ganadores de World Press Photo, y la gente en la industria, son hombres y occidentales, ya sea de Europa o Estados Unidos”, dijo Beltrán Villamizar, quien solía trabajar para World Press Photo. “Los fotógrafos de África y América Latina piensan que la mirada occidental es lo que tiene éxito en la industria, que la pobreza y las fotos bañadas de sangre son las que van a vender porque son las que más circulan. Esto es lo que llega a las noticias. Así es como los fotógrafos occidentales llegan a las noticias”.
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Un hombre durante la celebración del Día de Muertos en Oaxaca, México, en 2013 CreditTamara Merino/Native Agency

Esto es lo que ella intenta cambiar. Junto con el fotógrafo colombiano Federico Rios Escobar fundó Native Agency, que ha adoptado a una decena de fotógrafos africanos y latinoamericanos, asesorándolos en todo: desde el desarrollo e investigación de historias hasta cómo hacer que su trabajo se publique. Trabajando como un colectivo —y a lo largo de seis husos horarios— también comparten su trabajo entre sí para comenzar a entender no solo sus propios países, sino además lo que sucede en otros lugares.
Entre los fotógrafos del grupo se encuentran Yael Martínez, quien ha explorado de manera muy personal los efectos persistentes de las desapariciones en México; Alejandro Cegarra, quien se ha dedicado a observar el paisaje físico de la crisis de Venezuela; Cynthia R. Matonhodze, fotógrafa de Zimbabue que está documentando problemas de derechos humanos en su país, y Miora Rajaonary, una fotógrafa de Madagascar que reside en Johannesburgo y cuyo trabajo explora “los problemas sociales y las culturas e identidades cambiantes” en África.







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Gabriel, de 58 años, es de Jamaica y miembro de la comunidad rastafari en Sudáfrica, a donde llegó en 1997 buscando "reconectar con su tierra natal".CreditMiora Rajaonary/Native Agency

La idea del colectivo surgió de Beltrán Villamizar en 2014, cuando formaba parte de un equipo de World Press Photo que había llevado a cabo su primera Clase Maestra fuera de Europa, en México. Mientras exploraba el talento regional, se dio cuenta de que muchos fotógrafos, si bien eran talentosos, necesitaban ayuda para aprender cómo vender historias y trabajar con editores. Por su trabajo con World Press Photo sabía de la seria falta de representación —y de narrativa— de los fotógrafos de América Latina y África.
“Quería crear una plataforma interregional, paralela a las grandes agencias”, comentó Beltrán Villamizar. “Queríamos proveerles medios y conocimientos para que pudieran crear sus propias narrativas sin que fueran dramáticas, violentas ni sobre la pobreza”.
En sesiones y críticas de orientación en línea, los miembros del grupo se reúnen para llevar a cabo debates. También son vinculados con fuentes de subsidios y con escuelas y se les enseña de todo: desde cómo escribir pies de foto a cómo elaborar una solicitud de beca. Rios Escobar los ayuda a escribir sus historias, enseñándoles cómo desarrollar una narrativa visual, así como temas de investigación. Profundamente conscientes de los desafíos que enfrentan las fotógrafas, Beltrán Villamizar quiere ampliar sus oportunidades ayudándolas a que las agencias noticiosas las contraten.





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Formación de las Farc del Bloque Magdalena Medio CreditFederico Ríos Escobar/Native Agency

Además de vincular a los fotógrafos con organizaciones no gubernamentales que podrían contratarlos, o museos y galerías que podrían exhibir su obra, los fundadores de Native Agency esperan producir cambios duraderos en la forma en que se representa a estas regiones.
“Queremos establecernos como una plataforma para programas educativos, talleres y tutoría”, dijo. “Y queremos que estos fotógrafos crezcan con nosotros para impartir talleres y empoderar a las comunidades fotográficas que conocen en su región”.







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