The New York Times | TECNOLOGÍA > Cuando Twitter se convierte en un arma | Por CECILIA KANG 21 marzo 2017


El periodista Kurt Eichenwald en su casa en Dallas, Texas, el 17 de marzo de 2017CreditBrandon Thibodeaux para The New York Times

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WASHINGTON — Cuando el periodista Kurt Eichenwald abrió una imagen animada que le enviaron por Twitter en diciembre, el mensaje “Te mereces una convulsión por lo que publicas” apareció en mayúsculas junto con una luz estroboscópica cegadora. Eichenwald, quien es epiléptico, sufrió una convulsión de inmediato.
El viernes, el FBI dijo que había arrestado a John Rayne Rivello, de 29 años, en su casa en Salisbury, Maryland, acusado de haber enviado el archivo electrónico. La agencia acusó a Rivello de ciberacoso criminal con la intención de asesinar o provocar daño físico.
El cargo podría implicar una sentencia en prisión de hasta diez años, de acuerdo con el fiscal de distrito en Dallas, quien está llevando el caso.
Este inusual caso ha mostrado cómo las herramientas electrónicas pueden utilizarse como armas capaces de provocar daño físico. El FBI y la policía de Dallas encabezaron la investigación de Rivello, y la policía dijo que envió la luz estroboscópica sabiendo que era probable que a Eichenwald, quien ha hablado en público de su epilepsia, le diera una convulsión.
Steven Lieberman, el abogado de Eichenwald, ha argumentado que el uso de la luz estroboscópica en un GIF (o gráfico en movimiento) era igual a enviar un explosivo o veneno en un correo.
“Este mensaje electrónico no era distinto de una bomba enviada por correo o ántrax en un sobre”, dijo Lieberman, quien está trabajando en el caso sin recibir pago. “Detona un efecto físico” (Lieberman representa a The New York Times como asesor externo, y Eichenwald fue reportero del diario de 1986 a 2006).
Esa comparación hace que el caso de Eichenwald sea distinto de otras acusaciones de ataques dañinos a través de las redes sociales. Las demandas que involucran acoso y acecho en internet se han enfocado en la manera en que los contenidos en línea, como los mensajes y fotos denigrantes o abusivos, pueden afectar emocionalmente a las víctimas y aumentar el riesgo de suicidio. Sin embargo, con este caso, se dijo que Rivello había diseñado el ataque específicamente para aprovecharse de la enfermedad de la víctima.
“Este es un caso único e interesante en cuanto a que hay muchos ataques en línea con consecuencias físicas, como un ataque en una red eléctrica o meterse con el control del tránsito aéreo”, dijo Vivek Krishnamurthy, un subdirector de la Cyberlaw Clinic en la Facultad de Derecho de Harvard. “Pero esto es discernible porque es un ataque físico dirigido que fue personal y se llevó a cabo utilizando una herramienta común y corriente”.
Los investigadores hallaron evidencia del plan de atacar a Eichenwald a partir de una búsqueda en la cuenta de Twitter de Rivello, de acuerdo con una declaración del Departamento de Justicia. Después de obtener una orden de cateo para la cuenta de la red social, los investigadores encontraron mensajes directos a otros usuarios de Twitter acerca de Eichenwald, incluyendo uno que decía: “Espero que esto le provoque una convulsión”.
Otros mensajes de Twitter de Rivello incluían uno que decía: “Sé que tiene epilepsia”.
Los investigadores también revisaron una de las cuentas digitales de Rivello y encontraron una captura de pantalla de la página de Wikipedia de Eichenwald que había sido modificada para mostrar una fecha falsa de muerte del 16 de diciembre de 2016, el día después del ataque de luz estroboscópica, señaló el Departamento de Justicia. La cuenta de Twitter también tenía capturas de pantalla de epilepsy.com con una lista de detonadores de convulsiones comúnmente reportados.
El ataque atrajo la atención de los medios noticiosos, pues miles de usuarios de Twitter fueron testigos de la serie de sucesos ocurridos en vivo en el sitio de la red social.
Eichenwald, de 55 años, quien tiene cerca de 318.000 seguidores en Twitter y ha escrito cuatro libros, entre ellos The Informant, criticó a Donald Trump a lo largo de su campaña presidencial. Eichenwald sospechaba que el atacante, quien operaba bajo el seudónimo “@jew_goldstein” en Twitter, era simpatizante de Trump. Desde entonces, Twitter suspendió su cuenta.
La noche del 15 de diciembre, Eichenwald fue a la oficina de su casa en Dallas y vio que @jew_goldstein había respondido a una publicación de Twitter con un gif. Cuando Eichenwald dio clic en la imagen, la luz estroboscópica detonó la convulsión, dijo su abogado. Eichenwald cayó al suelo.
Su esposa, Theresa, lo encontró en el piso y vio la publicación de Twitter en la pantalla de su computadora. Llamó al 911 y después respondió en Twitter: “@jew_goldstein Soy su esposa; le provocaste una convulsión. Tengo tus datos y ya llamé a la policía para reportar el ataque”.
Eichenwald estuvo incapacitado durante varios días, perdió el tacto de la mano izquierda y tuvo problemas para hablar durante varias semanas, de acuerdo con su abogado.
Poco después, contactó a la oficina del fiscal de distrito en Dallas. En la corte estatal, el abogado de Eichenwald solicitó un permiso para emitir un citatorio a Twitter con el fin de obtener acceso a la cuenta @jew_goldstein. La red social dijo que cooperaría, lo cual provocó la protesta de una persona anónima que hizo un trámite con el objetivo de anular el citatorio.
Los investigadores no dijeron cómo dieron con Rivello. Los documentos de la corte no estuvieron disponibles de inmediato. Rivello será transferido a Dallas, donde vive Eichenwald, para que se presente ante la corte distrital del Distrito Norte de Texas.
Eichenwald utilizó Twitter el viernes para agradecer a los oficiales por su trabajo en el caso. Mencionó que, desde el mensaje del 15 de diciembre, 40 cuentas más le han enviado imágenes de luz estroboscópica.
“El FBI tiene los detalles de sus casos. Dejen de enviarlos”, escribió en Twitter.
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