The New York Times | CINE Reseña: La alucinante experiencia fílmica de ‘Icaros: A Vision’ | Por NEIL GENZLINGER 26 de mayo de 2017


Ana Cecilia Stieglitz, protagonista de "Icaros: A Vision" CreditInternet Video Archive

Read in English
Traducir los efectos alucinantes en una película es una apuesta arriesgada, pero Icaros: A Vision acepta el reto sin temor. Sumerge al espectador en una historia que sucede en un centro de sanación en la selva peruana. Uno podría pensar que es una película enloquecedoramente vaga, pero es posible que al terminar de verla la cabeza te dé vueltas… en el mejor de los sentidos.
Es útil conocer la historia de fondo: Leonor Caraballo, quien codirigió la película junto a Matteo Norzi y la escribió junto Norzi y Abou Farman, fue una artista que exploró con las plantas medicinales y alucinógenas del Amazonas después de enterarse de que padecía cáncer. Caraballo murió en 2015, antes de terminar la cinta.
Es probable que sus experiencias hayan sido la inspiración de las vivencias de la protagonista de la película; Angelina (interpretada por Ana Cecilia Stieglitz) viaja a la Anaconda Cósmica, un lugar de retiro en Perú, con la esperanza de encontrar ayuda para tratar un problema médico al cual solo se hace alusión.
Allí hay una gran variedad de personas que reciben tratamiento por adicciones, tartamudeo y otras complicaciones. Angelina crea un vínculo particular con Arturo (interpretado por Arturo Izquierdo), un joven chamán que aún está aprendiendo el oficio y se da cuenta de que está perdiendo la vista. Juntos exploran sus miedos con la ayuda del brebaje psicodélico proveniente de la ayahuasca, una planta de la Amazonía.
Sin embargo, el público no debe esperar nada parecido a una historia tradicional. Es una película sobre la experiencia de ingerir ayahuasca (con algunos llamados sutiles para preservar la selva). La cinta es intrépida al momento de utilizar las imágenes surrealistas para expresar lo que están experimentando los personajes. Aunque en ocasiones pareciera un video musical con un manejo torpe de la psicodelia, la mayor parte del tiempo es intrigante; incluso, cautivadora.
Volver al artículo principalComparte esta página