Detrás del Mostrador - Documental con guión y dirección de Eric Corvalán Pellé






Mesa Redonda
Publicado el 27 sept. 2018


Los problemas del servicio y la atención al consumidor en Cuba pasan por el análisis de especialistas, funcionarios y de los propios usuarios en el documental Detrás del mostrador, con guión y dirección de Eric Corvalán


Queda mucho por decir: los servicios en Cuba

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Medios audiovisuales y radio, documental cubano



El tema de los servicios en el país cuenta con un buen material audiovisual. Fotos: Luis Bruzón

Con el paso del tiempo hay cosas que parecen ser olvidadas como cuando uno borra de su memoria momentos pretéritos. Pero si algo merece ser rescatado del pasado e instaurarlo en el presente y el futuro, es el arte de brindar un buen servicio. Refiero un arte porque en realidad lo es: tratar con público constituye una faena difícil que lleva en sí mucho de compromiso y alegría por el bien común. Dando respuesta a la interrogante se exhibió en la sala Villena de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) el documental Detrás del mostrador, a cargo del realizador Eric Manuel Corvalán Pellé, el cual profundiza en la decadencia de los servicios en nuestro país.
“Las dos terceras partes del ingreso por exportaciones de Cuba es de los servicios”, aseguró el doctor en ciencias económicas Juan Triana Cordoví, quien también expresó la decadencia de valores del empleado público: “hemos perdido la cultura de servir”.
Existen tres cosas necesarias: la vocación, la dedicación y el sentido de pertenencia. Actualmente hay varias escuelas formadoras de profesionales en este ámbito, pero la realidad que contemplamos es otra, muchas veces ni los buenos días recibimos cuando llegamos a algún lugar.
No es secreto tampoco para nadie que el dependiente esté comiendo, conversando en pleno horario laboral, o haciendo inventario en momentos inoportunos, fenómenos que refleja de manera certera Corvalán Pellé al mostrar imágenes incuestionables.
Otra de las problemáticas radia en la estabilidad de lo que se vende, asegura Minurga Ramírez Santana, directora general de servicios del Mincin: “si los productos que yo necesito no llegan en la fecha establecida, ¿qué hice el resto del mes?”. Lo que garantiza buena calidad de las ventas es la logística, el tiempo y la permanencia.
La población es también entrevistada y demuestra un descontento total por las prestaciones estales, pero lo verdaderamente impresionante es cómo suceden los hechos, sin saber cuándo será el punto final y decisivo a tales cuestionamientos.
A manera de trabajo detectivesco, el documental nos traslada a la barbería La Copa en 1ra A entre 42 y 44, establecimiento que pasó a cooperativa. Las condiciones aquí son pésimas, solo existe un lavamanos para “dar el mínimo servicio (…) ahora que somos particulares seguimos igual”, manifestó Manuel Pino Izaguirre, uno de los trabajadores. 
Sigue la investigación, esta vez en la Terminal de Ómnibus para dar respuesta a un clásico evento: los pasajes vendidos—al buen cubano— en bolsa negra. Una imagen borrosa, técnica para no delatar al empleado, muestra el gran lucro existente en el centro.
Otro lugar de suma polémica: los agros y los diferentes precios de un producto en distintas tarimas, así como la ausencia de las jabas, “ya el cubano lo incorporó como algo natural”, declaró Triana Cordoví.
¿Qué es lo que necesario para eliminar estos hábitos? ¿Una red mayoritaria? ¿Mayor competencia? Cierto es que lo anterior no es la solución a los problemas, pero la competitividad impulsa la innovación y el desarrollo, no solo del comercio, sino también de la sociedad.
No podían faltar los negocios particulares. Son entrevistados los dueños de La Gasa Gelato, el Restaurant San Cristóbal, los bares-restaurant Tales from Britain y el Sangri La. Sergio Luis Gallardo Fernández, propietario de este último centro, resumió la máxima de estos lugares: “De aquí para adentro, tus problemas son míos y yo me encargo de ellos”.
“El problema no es quejarte, el problema es la respuesta”, puntualizó Triana Cordoví.
No se trata de rescatar la cultura de esta esfera, más bien es crear nuevos hábitos y métodos hacia a un arte imprescindible. Eso dice mucho de la Cuba de hoy.
Con respecto a la realización del audiovisual merece la pena destacar la labor de rastreo y cotejo de su autor y el equipo de trabajo, pues dan infalibles motivos para no dudar de los disímiles factores sobre la problemática que enfrentamos actualmente. Algo debe predominar en el rescate de un auténtico servicio: la elegancia, la dedicación y el sentido de pertenencia.


Documental señala causas y soluciones a mala calidad de los servicios en Cuba

Detrás del Mostrador, del realizador Eric Corvalán, lanza una nueva mirada sobre un asunto largamente debatido en la isla caribeña.

 


La Ofensiva revolucionaria de 1968 abolió los pequeños negocios y estatalizó casi  totalmente la economía cubana.
Foto: Archivo IPS

La Habana, 30 jun.- Ni el control estatal o privado sobre las empresas, sean grandes o pequeñas, garantiza por sí mismo la necesaria calidad de los servicios, un problema económico y social que sigue pendiente en Cuba y es analizado por un nuevo documental.
Los testimonios de voces ciudadanas recogidas en la cinta titulada Detrás del mostrador (2017) apuntan a la complejidad, lentitud y necesidad de nuevas y efectivas herramientas legales, para resolver un asunto recurrente en la realidad nacional durante las últimas décadas.
Durante la premier efectuada, el pasado 26 de junio, en la sede de la no gubernamental Unión de Escritores y Artistas de Cuba, su realizador, Eric Corvalán (La Habana, 1972), exhortó a difundir el audiovisual en todas las salas de cine del país.
Más que criticar, Corvalán propuso debatir el mensaje desde los sujetos decisores hasta funcionarios de nivel medio, empleados y la ciudadanía, para diseñar nuevas políticas públicas y ofrecer mejores servicios.
Si bien directivos se refirieron al reconocimiento del cual gozan los trabajadores cubanos por la preparación y calidad de sus servicios en el extranjero, Triana puntualizó que en el país “perdimos la cultura de servir y confundimos el servir con servidumbre”.Uno de los entrevistados, el economista Juan Triana, recordó que un elevado porcentaje de la economía cubana descansa en la esfera de los servicios, donde a pesar de la apertura a la gestión privada y las cooperativas no agropecuarias, una parte fundamental sigue en manos del Estado.
A su juicio, tal situación tiene su origen en la Ofensiva revolucionaria, como se conoce al proceso impulsado desde marzo de 1968 por el gobierno del entonces primer ministro Fidel Castro (1926-2016), el cual abolió los pequeños negocios y estatalizó casi totalmente la economía.
“Ahí comenzó la caída en picada de la cultura de los servicios en Cuba. Sustituimos al cliente por usuario”, argumentó el especialista.
Reflexionó asimismo sobre otras causas que inciden en el problema, como la inestabilidad en los suministros, para lo cual insistió en priorizar la logística de transporte. “No hacemos nada teniendo almacenes llenos o los contenedores durante meses en los puertos y que los establecimientos estén vacíos”, indicó.
El politólogo Esteban Morales se refirió a la falta de educación formal de algunos que tratan con el público, lo cual empieza por un simple “Buenos días” o acercarse a la persona para saber qué desea.
Detrás de ello, consideró, muchas veces existe “una falta de estímulo para ofrecer el servicio” y “cómo esa persona que presta el servicio se siente beneficiada”.
Ofrecer un servicio “no disminuye la personalidad ni el estatus social, pero debe brindarse con decencia, honestidad, actitud adecuada”, subrayó.
Para el periodista Ariel Terrero, “se perciben cambios de matices en la calidad de los servicios a partir de la apertura de los pequeños negocios privados. Hay mayor competencia, pero no en todos los casos hay mayor calidad”.
Las buenas prácticas implementadas por el chef Eddy Fernández, le permite asegurar que en el camino hacia la calidad “no puede faltar la cultura de los pequeños detalles”.
Tanto en el audiovisual como en el debate posterior a la proyección, afloraron preocupaciones sobre la necesidad de una efectiva Ley de protección al consumidor, además de críticas hacia la excesiva burocratización de los procedimientos y la falta de respuestas ante los reclamos por malos tratos a los clientes.
De acuerdo con Morales, tales situaciones entrañan también un componente político, pues cuando las instancias no responden estimulan la incredulidad ciudadana en las instituciones.
Triana resumió una posible solución para este problema: “Cuba necesita la figura de un defensor del derecho de los consumidores, como una entidad verdaderamente independiente, con personalidad jurídica y derechos establecidos”.
El audiovisual, de unos 40 minutos y ya en formato de Blue Ray, contó con la colaboración del Ministerio de Comercio Exterior, la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación y del no gubernamental Centro Oscar Arnulfo Romero.
Asimismo, sobresale la banda sonora, con temas de la orquesta Los Van Van y su exdirector Juan Formell (1942-2014), considerado un cronista musical del periodo revolucionario posterior a 1959 y cuyas obras reflejaron con humor fenómenos sociales como la burocracia, doble moral y maltrato institucional al público.
Con casi una decena de documentales, Eric Corvalán sobresale por poner el foco en asuntos espinosos de la realidad nacional como es el caso de Raza (2008), que aborda la discriminación racial, y No es el camino (2012), sobre la violencia infantil. (2017)


MUJER, PAZ Y DEMOCRACIA PLENA | Octubre 12, 2018



Autora de la Fotografía:  Flor Garduño,  México.


Seamos socialmente iguales,
  humanamente diferentes
 y totalmente libres.

  (Rosa Luxemburgo).



Vivamos un mundo en paz
 y una democracia plena
 en los niveles
 microsocial,
  nacional
 y global.

¿Qué impacto tendría un triunfo de Bolsonaro en Chile y América Latina? | biobiochile.cl / Internacional | Publicado por: Guido Focacci 09-10- 2018


Mauro Pimentel  |  Agence France Press

Las comparaciones no faltan cuando se trata de describir a Jair Bolsonaro. Algunos expertos y periodistas se refieren a él como el Donald Trump del Trópico, pero a veces como al Le Pen brasileño.
Algunos incluso van un paso más allá. En la revista estadounidense Foreign Policy, el historiador argentino Federico Finchelstein compara los métodos de la campaña electoral de Bolsonaro con los de Joseph Goebbels, el propagandista de Adolfo Hitler. (“Bolsonaro no sigue el modelo Berlusconi, sino el de Goebbels”).
“Bolsonaro no es Hitler”, dice Federico Finchelstein en entrevista con DW. “Lo que experimentamos en todo el mundo no es un retorno de las antiguas dictaduras o fascismos, sino un ascenso de los políticos que desarrollan un sistema autoritario utilizando la democracia misma, pero quieren evitar el extremo de la dictadura”.

Bolsonaro, ¿odia la democracia, pero la utiliza para ganar poder?

Finchelstein, quien ha escrito varios libros sobre populismo y fascismo en América Latina y Europa, y es profesor del New Shool for Social Research en Nueva York, advierte que no se debe subestimar a Bolsonaro.
En la campaña electoral, Bolsonaro calificó repetidamente a la democracia como una “porquería” y definió el tiempo de la dictadura militar en Brasil (1964-1985) como un tiempo de estabilidad.
La victoria del exmilitar, cuyo segundo nombre es “Mesías”, había sido ampliamente anticipada. Siempre encabezó las encuestas, pero superó todas las expectativas con 46% en la primera ronda. Fernando Haddad, su rival más fuerte del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), se quedó muy atrás con un 28,5%. El 28 de octubre, Bolsonaro disputará una segunda vuelta contra Haddad.
Una victoria de Bolsonaro en la segunda votación también es muy probable, según Federico Finchelstein. La primera ronda reveló los fuertes reflejos antidemocráticos en el pueblo brasileño.
Daniel Flemes, del Instituto GIGA de Estudios Globales y Regionales, de Hamburgo, es más cauteloso: “Creo que es difícil de predecir y mucho dependerá de cómo los dos candidatos desarrollen sus campañas en las próximas tres semanas”.
“Bolsonaro es misógino, racista, autoritario, se ha presentado como un instigador de la violencia y, sin embargo, ha sido elegido, y muy probablemente, aquellos que votaron por él en la primera vuelta, lo harán también la segunda”, dice Finchelstein.
Agence France Press

América Latina

Las perspectivas de un probable triunfo de Bolsonaro generan sentimientos alarmistas en América Latina. “La opción de Brasil está entre el pasado y el abismo”, titula la columna de opinión en el semanario argentino “Perfil”. Después de la primera votación, el politólogo argentino Esteban Actis responde en Twitter: “El abismo está aquí”. Otro periodista le explica a los lectores sobre el exitoso libro alemán del autor Timur Vermes “Él ha regresado”, y titula su propio artículo con “Hitler está de vuelta”.
En caso de que Bolsonaro gane la segunda votación, “el hecho tendría un masivo impacto negativo y perturbador en el futuro de la democracia en la región”, cree Federico Finchelstein. El mayor peligro sería que Brasil, la democracia más grande de América Latina, pudiera servir de modelo para otros políticos y partidos populistas y xenófobos.
Pero también es cierto que “otros gobernantes conservadores de la región, como Macri en Argentina, Piñera en Chile, o Duque en Colombia nunca se han identificado con regímenes dictatoriales como Bolsonaro en Brasil”. En Argentina, por ejemplo, “un candidato que alabe la dictadura militar sería impensable”, dice Finchelstein.
¿Hay algún rayo de esperanza en forma de antídoto ante un populismo de derecha que parece extenderse sin control en todo el mundo? “Sí, por supuesto”, dice Federico Finchelstein, sin dudarlo.
“En primer lugar, todas las fuerzas democráticas deben ser conscientes de que estos movimientos son un ataque a la democracia”, advierte Finchelstein, y prosigue: “Soy un historiador y no un político, pero estoy convencido de que una política programática y orientada a los hechos es la mejor respuesta a ególatras como Bolsonaro, quien no tiene un programa; él es su propio programa. Bolsonaro es un típico populista que cambia de opinión cuando quiere. Solo sus decisiones son importantes”.
Por último, Finchelstein concluye que “contra la arbitrariedad de los irracionales programas de los populistas solo ayuda una sesuda visión y un programa de los demócratas”.
Hans Scott  |  Agencia UNO

Chile

Los excandidatos presidenciales, Manuel José Ossandón y José Antonio Kast, se refirieron al candidato de la ultra derecha a la presidencia de Brasil, Jair Bolsonaro, como “el candidato por la seguridad y los valores” y quien mostró “una señal categórica de rechazo a la izquierda fracasada de Latinoamérica”.
En esa línea, el presidente de Renovación Nacional, Mario Desbordes, destacó un escenario favorable ante un eventual triunfo de Bolsonaro.
“Para mí es bastante más positiva la posibilidad de un gobierno de Bolsonaro que un gobierno del Partido de los Trabajadores, del PT. Ya tuvieron su oportunidad e hicieron un pésimo gobierno”, aseguró Desbordes.
“Tiendo a pensar que probablemente esas declaraciones obedecen a una estrategia política parecida a la que usó Trump, de tensionar el ambiente político para movilizar a los votantes “, dijo la presidenta de la UDI, Jacqueline Van Rysselberghe, defendiendo la serie de polémicos dichos que ha hecho Bolsonaro.
En la oposición emplazaron a los expresidenciables a dar “explicaciones” por sus comentarios, los que consideraron una amenaza para la democracia. Así lo señaló el timonel del Partido Radical, Carlos Maldonado y el presidente del partido Socialista, Álvaro Elizalde.
“Aparecen identificándose con Bolsonaro, con una persona que habló de que la dictadura debió haber matado más gente, una persona que denigra al género femenino”, acusó Maldonado.
“La principal amenaza para nuestra democracia es el populismo, de derecha nacionalista, xenófoba, racista y misógina, como lo estamos viendo en Brasil”, añadió Elizalde.
Los resultados ya tuvieron efectos en la Bolsa de Comercio de Santiago, que empujó casi un 5% a las acciones brasileñas y tuvo efectos directos en Latam, cuyas acciones registraron su mayor alza diaria desde marzo del 2017.
El presente artículo se elaboró con información de la cadena alemana Deutsche Welle y de la periodista Nicole Venegas, de Radio Bío Bío.

Tomado de:  biobiochile.cl


Brasil en el abismo del fascismo: El gobierno del miedo | El País / Contrapuntos / Elecciones en Brasil / Opinión | Por Pablo Gentili, 8 de octubre, 2018


El futuro de Brasil al borde del abismo.  FARPA



Pablo Gentili






 Nació en Buenos Aires y  ha pasado los últimos 20 años de su vida ejerciendo la docencia y la investigación social en Río de Janeiro. Ha escrito diversos libros sobre reformas educativas en América Latina




En el primer turno de las elecciones nacionales ha vencido la política del miedo.

Entender qué ocurre en este gigante latinoamericano es una de las claves para aproximarse no sólo al futuro político y social del país, sino también al de una región que atraviesa el ciclo democrático más largo de su historia.


Bolsonaro es un fascista.
Si lo es, resulta inevitable preguntarse cuáles son las razones que podrían transformarlo en el futuro presidente de uno de los diez países más poderosos del plantea. Una nación que, hasta hace sólo dos años, vivía un proceso de expansión y universalización de derechos ciudadanos, que comenzaba a conquistar algunas de las aspiraciones de justicia social y de igualdad consagradas en una innovadora y ambiciosa Constitución Nacional que acaba de cumplir 30 años.
Ocurre que Bolsonaro no es la causa de una democracia que agoniza, sino su consecuencia.
Cuando se siembra la desconfianza, el miedo, el odio y el desprecio hacia la institucionalidad democrática, por más fragilidades y defectos que ella posea, lo que se construyen son las bases éticas y políticas de regímenes totalitarios y despóticos. El titular del periódico O Globo, el día siguiente del golpe de Estado que dio inicio a la dictadura militar que asoló Brasil por más de dos décadas fue: “resurge la democracia”. Medios de comunicación y empresarios golpistas, políticos y jueces golpistas, militares e iglesias pentecostales golpistas, se vuelven más fuertes y convincentes cuando las sociedades se despolitizan, cuando la narrativa democrática se vuelve sospechosa y la sociedad indiferente a una barbarie que se trivializa.

Bolsonaro no es la causa de una democracia que agoniza, sino su consecuencia.

Bolsonaro fue un mediocre militar, retirado al alcanzar el grado de capitán. Hace 25 años ejerce un también mediocre mandato como diputado. Muchos, dentro y fuera de Brasil, lo conocieron cuando votó a favor de la destitución de Dilma Rousseff, dedicándoselo a la memoria del coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra, que la había torturado cuando ella tenía 19 años. Ustra comandó el principal centro clandestino de detención durante la dictadura militar. Torturaba a sus víctimas y, cuando eran mujeres, además de violarlas, solía llevar sus hijos para que las vieran moribundas, ensangrentadas, desnudas, abrigadas sólo por su valentía y por su dignidad. Bolsonaro homenajea a Ustra cada vez que puede. No es aislado este hecho con el reconocimiento y el protagonismo que logró meteóricamente este militar sólo célebre por sus insultos racistas y machistas, por su apología a la tortura y por su permanente desprecio hacia los derechos humanos.
Los que rondan las mafias delictivas vinculadas al paramilitarismo, los que se cobijan a la sombra de las oligarquías empresariales antidemocráticas y los que sobreviven en el anonimato de un parlamento clientelista y corrupto, suelen mimetizarse con los excrementos de las cloacas del poder. Por eso, los demócratas los despreciamos, pero les prestamos poca atención. Nunca llegarán a nada, pensamos. Son sólo grises funcionarios del horror.
Así fue siempre Jair Bolsonaro: un outsider, un inimputable, un loco, un idiota, un enfermo compulsivo y agresivo. Mientras tanto, siguió pregonando impunemente su odio a la democracia, valiéndose de la protección que la democracia le brindaba. Durante todos estos años, sólo algunas heroicas diputadas lo enfretaron con coraje, recibiendo insultos y golpes. Cuando la democracia es así de generosa con sus enemigos, acaba masticando su propia aspiración de libertad, igualdad y justicia, debilitándose, volviéndose frágil, tenue, imperceptible.

Jair Bolsonaro fue siempre un outsider, un inimputable, un loco, un idiota, un enfermo compulsivo y agresivo.

Brasil salió de la dictadura sin realizar un ajuste de cuentas con 21 años de opresión y violación al estado de derecho democrático. Cuando esto ocurre, las naciones suelen estar condenadas a repetir el pasado. Pero el pasado nunca se repite de la misma forma.

Las democracias sólo sobreviven cuando la ciudadanía se vuelve activa, participativa, cuando el espacio público es ocupado por sus propios dueños, por el pueblo y sus organizaciones populares, cuando los derechos se multiplican, cuando las libertades florecen, cuando le perdemos el miedo a la felicidad, cuando luchamos por lo que es común a todos.
#EleNao (ElNo) fue el lema que movilizó miles de mujeres en todo Brasil. Parece no haber alcanzado. FARPA

Pocos días antes de ser desposeída del cargo que hasta hoy debería ejercer, Dilma Rousseff le pidió a Tereza Campello, su ministra de desarrollo social, que hiciera una encuesta entre las mujeres que participaban del programa Bolsa Familia. Cuando les preguntaron si su vida había cambiado gracias a esta iniciativa, más del 90% de las mujeres consultadas dijo que sí, que había cambiado para mejor, mucho o muchísimo. Cuando les preguntaron por qué, más del 80% dijo: “gracias a Dios”. Fue estadísticamente irrelevante el número de mujeres que sostuvieron que su vida había mejorado gracias a la democracia, o gracias a la acción de un gobierno democrático.
En política no hay espacios vacíos. Y cuando los demócratas dejamos espacios vacíos, los ocupan los mercaderes de la fe, como las iglesias evangélicas pentecostales, los que trafican con la muerte, los profetas del odio, los fabricantes del miedo y de la desesperanza. Fueron esas ausencias y esas presencias las que parieron no uno, sino miles y miles de bolsonaros.
La democracia brasilera recibió un nuevo y duro golpe. Entenderlo es una de las condiciones necesarias para seguir luchando por ella. Los fascistas pueden tener victorias, pero éstas serán siempre pasajeras, mucho más efímeras de lo que ellos creen. Porque el fascismo está condenado a ser siempre derrotado por los que seguimos, a pesar de todo, convencidos de que la esperanza vence al miedo
Para Jair Bolsonaro, el principal torturador de la dictadura militar brasileña es un héroe que debería servir de ejemplo. ¿Quién fue Carlos Alberto Brilhante Ustra?

Tomado de: El País



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